Confort Acústico, Tiempo de Reverberación e Inteligibilidad Acústica
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El confort acústico viene definido por el nivel de ruido y de otros parámetros a partir de los cuales resultan perjudiciales para la concentración, la escucha, el descanso o la salud de las personas.
En este contexto entra en juego el tiempo de reverberación, definiéndose como el tiempo que se mantienen las reflexiones en un recinto cuando cesó el sonido directo, influyendo directamente en el confort acústico.
Logrando el tiempo de reverberación óptimo de una sala es posible cambiar de manera importante las cualidades acústicas de un ambiente sonoro. Para que la sonoridad del recinto sea adecuada, el tiempo de reverberación no debe ser alto o bajo per se, si no que debemos ajustarlo al uso que le daremos al recinto.
En la medida de lo posible, debe ser plano en frecuencia. Al igual que en el aislamiento acústico a ruido aéreo, el contenido en Baja Frecuencia es difícil de controlar, y requiere un estudio riguroso.
A su vez, la inteligibilidad acústica también juega un papel importante, marcando la calidad sonora de un espacio, siendo especialmente importante en aulas, salas de conferencias o teatros. La inteligibilidad sonora de la palabra se mide por diferentes métodos (Alcons, STI, etc). En algunos debemos medir y evaluar reflexiones, tanto el sonido directo como el campo reverberante.
El tiempo de reverberación y la inteligibilidad acústica son elementos importantes que influyen directamente en el confort acústico. Desde Greenback ofrecemos servicios para mejorar el confort acústico de una sala o espacio: comedores, aulas, salas de conferencias y reuniones, teatros, polideportivos o grandes Estadios.
El coste de la solución de un recinto para mejorar su acondicionamiento acústico, el tiempo de reverberación o la inteligibilidad es función de la superficie construida, pero sobre todo influye las calidades y materiales seleccionados, su estética y mantenimiento.
Por menos de 30 euros/m2 se puede descolgar un techo registrable o un sistema de bafles suspendidos. En cualquier caso, es posible mejorar el nivel de ruido en hasta 5 dB, mejorando la percepción en recintos como comedores, etc.
Si necesitamos difusores, trampas de graves o resonadores, el coste puede superar los 100 euros/m2, aunque es posible recurrir a alternativas de bajo coste siempre que se conozca su eficacia mediante ensayo previo a la aplicación extensiva.
El uso de materiales reciclados: textiles, tetrabriks, etc pueden aportar soluciones originales a muy bajo coste. La selección del sistema debe tener muy en cuenta la estética, higiene de la superficie y su mantenimiento.